Greenpeace y la Asociación Mesa de la Ría denuncian el vertido en Huelva de 4 millones de metros cúbicos de aguas tóxicas al mar por parte de Fertiberia
- El vertido de aguas ácidas -equivalente a 1.600 piscinas olímpicas- suponen tanto una catástrofe ambiental como un verdadero riesgo para la salud de las personas
- Con esta operación ilegal, Fertiberia se ha ahorrando más de 20 millones de euros que le hubiera costado el correcto tratamiento de estas aguas tóxicas
- Como ha reconocido el Parlamento Europeo, las balsas de fosfoyesos utilizadas por Fertiberia constituyen el caso de contaminación industrial más grave de Europa
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Greenpeace y la Mesa de la Ría han denunciado hoy al Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) el vertido a la Ría de Huelva, por parte de la empresa Fertiberia, de 4 millones de metros cúbicos de aguas tóxicas (equivalente a 1.600 piscinas olímpicas). Estas aguas ácidas procedentes de la actividad industrial estaban almacenadas en las denominadas balsas de fosfoyesos (con más 120 millones de toneladas de residuos industriales tóxicos, peligrosos y radiactivos). Las aguas vertidas, altamente tóxicas y peligrosas tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas, deliberadamente con pH 1,8-2,2 contienen arsénico, cadmio, cobre, plomo, zinc, cromo, mercurio y elementos radiactivos, entre otros.
El vaciado de aguas tóxicas se ha producido a causa de que las balsas -en las que estaban recogidas estas aguas- no están impermeabilizadas y la disolución de fosfoyesos ha producido cinco sumideros de hasta 13 metros de diámetro. Han sido por estos sumideros por donde se han vertido directamente, y sin tratamiento alguno, 4 millones de metros cúbicos de aguas ácidas a la Ría y al Mar.
En 2014 ecologistas y colectivos onubenses denunciaron otro vertido similar. En ese momento la empresa alegó que el vaciado parcial de las balsas fue fruto de la gran evaporación producida, a pesar de producirse en un invierno especialmente lluvioso. Esta vez el vaciado ha sido completo y ha dejado al descubierto los sumideros por los que se ha drenado el agua tóxica al medio ambiente. Con esta operación ilegal, Fertiberia se ha ahorrando más de 20 millones de euros que le hubiera costado el correcto tratamiento de estas aguas tóxicas.
“Las balsas de fosfoyesos utilizadas por Fertiberia constituyen el caso de contaminación industrial más grave de Europa, como reconoció el Parlamento europeo. Huelva lleva décadas sufriendo esta situación con total permisividad de la Junta de Andalucía y del Gobierno de España los habitantes de Huelva.”, ha declarado Julio Barea responsable de campaña de aguas de Greenpeace. “Estos vertidos, además, afectan gravemente a espacios de altísimo valor ecológico como son las marismas del Odiel y el Parque Nacional de Doñana” ha añadido.
El MITECO se tendría que haber pronunciado sobre la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) al proyecto presentado por Fertiberia para restaurar la zona contaminada, hace varios meses. Pero de momento no hay noticias de esta autorización. A la luz de estos nuevos vertidos sería totalmente inaceptable un visto bueno a la pretensión de la empresa de cubrir con unos centímetros de arena todo el área contaminada (más de 1.200 hectáreas).
“Son más de dos años los que lleva el Ministerio estudiando la declaración de impacto ambiental del proyecto de Fertiberia que pretende esconder los fosfoyesos bajo una capa de tierra de 30 cm y arruinar para siempre la marisma y el futuro de los onubenses. Es inadmisible que el ministerio no haya denegado aún la DIA a un proyecto que incumple la Ley de Costas”, ha añadido Aurelio González Peris, presidente de la Asociación Mesa de la Ría.
Por ello, Greenpeace y la Mesa de la Ría, ante la gravedad de los hechos denunciados, piden a la ministra para la Transición Ecológica que proceda a denegar la DIA del proyecto de Fertiberia instando a la empresa a devolver la marisma a su estado originario lo antes posible. Y que proceda a requerir a la empresa la responsabilidad ambiental por los daños ocasionados.