Hablábamos muy a menudo de nuestra querida Huelva. Trazábamos proyectos que, contrastados con la triste realidad parecían utópicos, inalcanzables. “Nosotros no los veremos” me decía. ¿Por qué luchamos entonces?. “Los onubenses tiene que enterarse primero de la manera mas objetiva posible de los enormes desmanes que se han cometido y se siguen cometiendo con Huelva, y eso, lleva tiempo, mucho tiempo”. Y decir la verdad. ¿Castillos en el aire ?. No , la otra Huelva era posible conseguirla, pero llevaba tiempo. Y hacíamos proyectos para nuestra ría: su recuperación para la pesca artesanal pues la ría es el vivero de toda la costa atlántica; puerto deportivo para embarcaciones que van desde América al Mediterráneo; centros culturales relacionados con el mar y con la artesanía, con el cine, con el Descubrimiento de América… Centros de deportes náuticos, de ocio, de teatro, de gastronomía… Puentes sobre la ría hacia Bacuta, proyección del Paraje Marismas del Odiel, adecuación del Monumento a Colón… Sueños, sueños, que compartíamos y sobre los que José Pablo incluso plasmaba en bocetos. Yo creía con él que esa Huelva era posible, y me negaba a admitir que nunca lo veríamos. ¡Teníamos que luchar más, no cejar en el empeño, atraer a mas ciudadanos ¡a los jóvenes onubenses! Y darles a conocer que todo eso sería posible algún día. Pero él decía rotundo: “Nosotros no lo veremos”.
Recuerdo los contactos con Bruselas, mi visita al Parlamento Europeo, los comunicados enfebrecidos con la Mesa desde Copenhague o Bruselas, intercambiando por la noche vía internet, las impresiones que nos daban. Era la pica en Flandes que también preveía José Pablo. Nuestra Huelva se abría paso en las esferas europeas y su grave problema adquiría carta de naturaleza.
Ni los políticos ni la Justicia querían saber nada. Incluso hubo una sucia encerrona contra la Mesa de la Ría en la que José Pablo dio la cara con todos, más unidos que nunca. Por Huelva. La coacción no dio frutos, y la reacción de José Pablo fue ponerse el traje de político y pisar el cenagal. Y ahí estaba luchando, cuando una enfermedad como las que sufren muchos onubenses le dijo “no sigas”. Pero nos ha dejado sus sueños aleteando sobre esta Huelva incrédula, y cada vez somos más los que soñamos y queremos como él, esa Huelva mejor. Gracias José Pablo porque nada ha sido estéril. Seguro que desde tu estudio ahí arriba, verás hechos realidad esos sueños. Hasta luego, amigo.
Manolo Muñoz
29 Agosto 2013.
Gracias Paco. La imagen me ha impactado y aún no puedo creerlo. Estoy en Granada y no podré ir a la misa por Jose Pablo. Pero lo tengo muy, muy presente. Un abrazo.