MESA DE LA RÍA CONSIDERA “CHAPUCERA” LA ÚLTIMA OCURRENCIA DE LA JUNTA DE SUBIR LOS RESTOS DEL PUERTO PROTOHISTÓRICO
La organización afirma que existen suficientes técnicas para mantener los restos en su lugar sin moverlos, lo que responde a una cuestión económica
Mesa de la Ría, que ha presentado recurso de alzada contra la propuesta de tapar los restos arqueológicos, considera que la nueva opción planteada por la delegada de Andalucía en Huelva, Bella Verano, de sacar las estructuras arqueológicas “trocito a trocito” para después situarlos “a una cota más alta”, después de que se construya la base de hormigón del edificio es una barbaridad, ya que no existen estudios técnicos o geotécnicos independientes que inviabilicen la opción de mantenerlos en su lugar.
La opinión de los técnicos de la promotora, la Delegación de Hacienda de la Junta de Andalucía, sobre la presencia del nivel freático a -3.40 metros, y sobre la obligación de estar bombeando agua continuamente porque podría propiciar posibles patologías en las cimentaciones del entorno es una opinión de parte y sin sustento técnico independiente. De hecho, Mesa de la Ría acaba de constatar mediante un vuelo de dron que no existe el menor rastro de agua en el fondo de las excavaciones arqueológicas.
Que la Junta de Andalucía acepte la opinión de los técnicos de una promotora, en este caso ella misma, sería un grave precedente que invalidaría la opción de integrar otra estructura arqueológica en la ciudad, frente a los intereses económicos de cualquier otra promotora o constructora.
Según el presidente de Mesa de la Ría, Juan Manuel Buendía, arquitecto de profesión, “el agua en el subsuelo es habitual en ciudades como Huelva, Cádiz o Sevilla lo que no ha evitado la integración de restos en las otras dos capitales o la ejecución en Huelva de garajes subterráneos de varias plantas”. Además, ha añadido que “el edificio ‘Coliseo’, ubicado a en la trasera de la plaza de la Monjas, a sólo 220 metros de distancia del edificio de Hacienda, dispone de 4 plantas de sótanos de profundidad, a -12.00 metros, que, desde su construcción, hace más de veinte años, viene bombeando y evacuando diariamente ingentes cantidades de agua que se filtran a los sótanos desde el nivel freático, sin que ninguna cimentación se haya resentido por ese enorme bombeo diario de aguas”.
Por otro lado, descontextualizar o mover los restos de su lugar está prohibido por la legislación andaluza que considera que todo inmueble inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz es inseparable del lugar donde se ubica. No se podrá proceder a su desplazamiento o remoción, salvo que resulte imprescindible por causa de fuerza mayor, por afectar a su integridad o interés social. Motivos por los que fue denegada por la propia comisión de Patrimonio, la primera ocurrencia de la Junta de subir las estructuras arqueológicas al vestíbulo del edificio en la planta baja.
